domingo, 27 de septiembre de 2009

La estigmatización parte II

Por otro lado, para el enfermo bipolar, el estigma es una tremenda fuente de sufrimiento psicológico, ya que al padecer este trastorno se ve sometido por la sociedad a un encierro forzoso del que no puede escapar, el hecho es que un enfermo con este desorden le es muy difícil encontrar el amor, un trabajo, y en el caso que los encontrara, es una odisea de reticencias para que tanto la familia de su pareja como sus jefes no sepan de su trastorno, pues se piensa que de saberlo forzarían estos por ejemplo a terminar la relación o sus jefes les despedirían, la incapacidad a que nos somete la depresión es tildada como vagancia o debilidad para el común de los ciudadanos que ni por asomo han vivido de primera mano algo semejante, la inestabilidad emocional a la que nos vemos catapultados nos sitúa en una posición muy productiva para las criticas de terceros, es tremendamente frustrante no ser comprendidos, y tener que esconder los estados de animo y la vida en general del paciente para no ser lastimados gratuitamente por los demás. Al enfermo se le desprecia de puertas hacia fuera y muchas veces de puertas para adentro, por si fuera poco un paciente bipolar, sufre tremendamente su mal, cuanto mas sufrimiento gratuito le impone la sociedad de hoy en día.

La estigmatización parte I

 Creo que actualmente el problema más grande y terrible de toda la psiquiatría es la estigmatización. Otros problemas se han superado: hace 30 años no había medicamentos, ahora los tenemos; hace 30 años había todo tipo de abusos hacia los enfermos, hoy día hay leyes, tratamientos, votos, que protegen al enfermo; había menos dinero, hoy día hay más dinero. El estigma, en cambio, sigue presente.
"El estigma es una barrera entre los enfermos y los avances tecnológicos para la salud"
La situación de los enfermos mentales es mejor en general, pero el acceso a las cosas útiles no es bueno, porque la estigmatización es como una barrera entre los avances tecnológicos y del sistema de salud y los enfermos. Debido a la estigmatización la gente no busca ayuda y cuando la buscan lo hacen clandestinamente. La familia también se siente estigmatizada, no dicen a nadie que hay una enfermedad.
Los gobiernos también estigmatizan a los enfermos mentales invirtiendo menos en la salud mental. Por ejemplo, a la hora de pedir financiación para un medicamento para el tratamiento de una enfermedad mental, siempre preguntan cuánto cuesta. Para los demás medicamentos no preguntan. Una dosis para el tratamiento de las náuseas provocadas por la quimioterapia contra el cáncer, cuesta 20 euros. Nadie pregunta. Sin embargo, un año de tratamiento para un enfermo mental cuesta 100 euros. Las autoridades enseguida lo consideran excesivo.
El estigma hace que los tratamientos sean lo mas baratos posibles porque bajo su punto de visto el enfermo mental no vale nada.