lunes, 14 de septiembre de 2009

Los síntomas bipolares son intentos fracasados de curación.

Los traumas significativos de la vida ocurren en los primeros tiempos, desde la gestación hasta los dos o tres años de vida. Todos ellos son traumas en el amor, es decir, experiencias vividas como el desamor. El bebe no tiene el concepto de amor que tenemos nosotros. Para él se trata de una experiencia corporal de completud o carencia. El oxígeno, el alimento, el contacto materno son los ladrillos con los cuales edifica su vida amorosa y si le faltan se establece una carencia, un trauma. Eso puede llevar, por un complejo, recorrido a la bipolaridad. Basta recordar que estas vivencias de desamor provocan una intoxicación de los neurotransmisores y un debilitamiento de las conexiones axonales para poder imaginar las huellas que dejan en lo psíquico. Cuando el bebé siente que no le dan lo que necesita es posible que lo interprete de este modo: si no me dan es por que no lo merezco y si no lo merezco por que soy indigno. Este circuito queda grabado y lleva a diversos síntomas emocionales como a la manía y la depresión. Hay que ayudar a que el paciente desbloquee esta energía estancada y sane la herida y esto solo lo puede hacer reviviendo.

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