domingo, 13 de septiembre de 2009

Para Tomar el Control

Tomar el control de nuestra propia vida solamente puede ser decisión nuestra. Si bien es posible y absolutamente necesario, no es una decisión simple porque no es un acto sin consecuencias. a) En primer lugar, debemos tener noción de las metas, el rumbo hacia donde nos queremos dirigir. Si en un principio las ideas de este “rumbo” no están claras del todo, al menos servirán para comenzar a ponernos en marcha y para poder articular con otras respuestas que van a surgir durante el viaje. Será entonces responsabilidad nuestra decidir la dirección hacia la cual orientarnos.

b) Si hasta este momento las riendas de nuestra vida estaban en manos de otra persona llegó la hora de preguntarnos: “¿Por qué esto es así? Soy un adulto y, a menos que yo se lo haya permitido, nadie puede dirigir mi vida...” Las respuestas pueden variar: quizás no nos creamos capaces de decidir adecuadamente, quizás creamos que el otro sí sabe, quizás no queramos lidiar con el enfado que le produciría al otro soltar nuestras riendas. Es necesario estar bien convencidos de que para vivir a pleno, debemos dejar de lado la ilusión de que otro sabe mejor que nosotros lo que deseamos. Seguramente deberemos darle tiempo a ese otro para comprender nuestra nueva elección, confiando en que si nos quieren, se darán cuenta de que nada es mejor para nosotros que decidir nuestro propio camino.

c) Antes de emprender la marcha, será mejor preguntarnos por nuestros recursos, intereses e inquietudes. Por ejemplo: si lo que nos estimula es el contacto con los otros, preferiremos un camino acompañados en lugar de un camino solitario. Buscaremos entonces las personas adecuadas para ayudarnos. Si preferimos hacerlo en solitario, lo haremos con la convicción de que, aunque sea más largo, es producto de nuestra decisión.

Sea lo que sea lo que elijamos, mientras vayamos por el rumbo deseado, estaremos sintiendo que avanzamos, aún cuando en ocasiones debamos dar rodeos o desandar lo andado para retomar otro camino.

“No hagas a otros lo que querrías que te hicieran a ti: ellos pueden tener gustos distintos”
Bernard Shaw

No hay comentarios:

Publicar un comentario